La Voz De Los '80 es el primer álbum de estudio de la banda chilena Los Prisioneros, lanzado de manera independiente bajo el sello Fusión el 13 de diciembre de 1984. Fue producido por Jorge González,1 aunque éste lo acreditó a nombre de la banda.2 Se editaron mil copias en formato casete, que se podían comprar únicamente en la misma empresa que lo distribuía. Hoy en día, esos casetes son considerados casi una reliquia o leyenda del rock de Chile.3 4 En agosto de 1985 fue reeditado por EMI Odeón Chilena, a nivel nacional y con proyección latinoamericana, logrando vender en Chile alrededor de cien mil copias.5
El disco se grabó inicialmente y en su mayor parte en los estudios de Francisco Straub, pero se terminó y mezcló en los estudios de Caco Lyon. Se caracterizó por combinar el sonido simple de guitarra, bajo y batería; además, en algunos de los temas se usa teclado como acompañamiento y batería programada. En Pateando piedras —el segundo álbum de Los Prisioneros— los secuenciadores estarían más presentes.6 7 Las canciones exponen críticas del mundo durante la década de 1980, logrando en la canción «Latinoamérica es un pueblo al sur de Estados Unidos» plasmar el ambiente de imperialismo estadounidense y de la Guerra Fría percibido por los artistas.
Es considerado el álbum más importante del rock de Chile8 y también el álbum juvenil más importante de la música chilena, puesto que los integrantes de la banda no superaban los veinte años de edad al momento de empezar su grabación.9 EMOL incluyó el álbum dentro de su selección de 35 discos fundamentales de la música popular chilena.10 La Voz De Los '80 fue elegido como el tercer mejor disco chileno de todos los tiempos, según la revistaRolling Stone Chile, superado por Alturas de Machu Picchu, de Los Jaivas, en el segundo lugar, y Las últimas composiciones, de Violeta Parra, en el primer lugar.
En 1981, González, Narea y los hermanos Rodrigo y Álvaro Beltrán, formaron Los Pseudopillos, una agrupación que componía —sobre todo Jorge y Claudio— canciones humorísticas empleando únicamente objetos caseros como instrumentos de percusión; en paralelo, González y Tapia desarrollaron un proyecto musical más serio, que fue bautizado por Claudio Narea como Los Vinchukas.14 A este grupo se unió posteriormente el mismo Claudio y,15 más tarde, Álvaro Beltrán.16 Ese mismo año escucharon un especial en Radio Concierto del último álbum de la banda punk The Clash: Sandinista!. De acuerdo con Claudio Narea, este disco fue clave para el posterior desarrollo de Los Prisioneros, porque les enseñó un rock con un sonido distinto a lo que antes escuchaban y con una versatilidad inédita.17
En 1982, cuando cursaban el cuarto año de enseñanza media, aprendieron a tocar la guitarra. En ese tiempo Jorge González comenzó a escribir las canciones que formarían parte del primer álbum.18 El 1 de julio de 1983, el grupo actuó por primera vez con el nombre Los Prisioneros en el Festival de la Canción del Colegio Miguel León Prado, con la siguiente formación: Jorge González (voz y bajo), Claudio Narea (guitarra) y Miguel Tapia (batería, segunda voz y coros).
Ese año, González ingresó a la Facultad de Artes de la Universidad de Chile para estudiar licenciatura en música, donde conoció a varias personas que más tarde formarían parte de la escena del nuevo pop chileno: Igor Rodríguez (futuro miembro de Aparato Raro), Robert Rodríguez (futuro miembro de Banda 69) y Carlos Fonseca. Con este último entabló una amistad al instante. Después de clases, Jorge se quedaba para tocar el piano en la sala de ensayo que había en la Facultad; allí, tomó lecciones con la profesora Georgina González, en esa estancia, en lugar de practicar lo que solicitó su maestra, se puso a componer la mitad del repertorio que conformaría el álbum debut: «Latinoamérica es un pueblo al sur de Estados Unidos», «Eve-Evelyn», «No necesitamos banderas», «La voz de los '80» y otros temas que no quedaron. Después hacía los arreglos para la guitarra y batería.19
Una de las letras de escribió González durante la universidad fue «Latinoamérica es un pueblo al sur de Estados Unidos», cuya letra se la mostró a Fonseca, por aquel entonces, su compañero. Para escribir la canción, se inspiró en Florcita Motuda, quién hacía canciones largas y tenían muchas letras y, que Jorge siempre admiró por ser un gran letrista y artista experimental. La canción está llena de clichés sobre Latinoamérica, más tarde González confesó que no tenía conocimiento de nada de lo que decía aunque «hay que reconocer que los clichés se forman por algo», afirmó.20
Las primeras canciones que compuso González eran muy simples, estaban en Do y La menor, y, «justamente, esas son las primeras escalas que se empiezan a ver el primer semestre de una carrera como esta», señaló César Quezada, compañero de Jorge y Carlos; también comentó que Jorge se asombró al ver que entre las notas blancas del piano había un semitono, y usando esa lógica, creó «Eve-Evelyn». «O sea, apenas conocía algo, lo asimilaba y componía. Lo convertía a su música».
Los primeros demos, Jorge los grabó en su casa en San Miguel, en solitario con dos radiocaseteras, la base de la batería en una cinta, que luego reproducía al mismo tiempo que tocaba la guitarra. Todo eso quedaba registrado en la otra casetera. Enseguida, repetía el procedimiento con el bajo, y luego con la voz. «Me acercaba o me alejaba del micrófono para regular el volumen de la mezcla», dijo.22 Estos se los entregó a Carlos —un tema grabado de su casa y una presentación de la banda en el colegio de ellos— para un programa que Fonseca tenía para fin de año en Radio Beethoven, donde iban a presentar nuevos artistas nacionales. Este quedó asombrado luego de oírlos y convence a su padre, Mario Fonseca, de que la banda tenía proyección a futuro y este último decidió invertir en la banda.12 Más tarde Jorge les presenta a Claudio y Miguel. Carlos le señaló a González y Tapia que Narea tenía que ser cambiado, al ver que era poco prolijo en la guitarra, sin embargo, ellos dos se negaron a sustituirlo, ya que todos ellos tres formaban Los Prisioneros.23 24
En noviembre de 1983, Fonseca —ya convertido en el representante del grupo—, los llevó a grabar los primeros demos hechos por la banda, en el segundo piso de la disquería Fusión, en un estudio amateur que armó el mismo Carlos, con cajas de huevo en la pared. César Quezada, ex compañero de Jorge y Carlos en la Facultad y que frecuentaba Fusión para comprar música, fue quién los grabó. «Se grababa de un deck stereo a otro, primero en dos pistas, se unían, se pasaban al mezclador y se juntaban a otras dos pistas», señaló Quezada.25 Según Claudio Narea, Jorge y Miguel habían consumido estimulantes proporcionados por Fonseca, dado que la grabación se hizo en la noche y este creía que era la única forma en que podían rendir.26 Narea también recuerda que ya estaban incluidas en el repertorio «La voz de los '80» y «Brigada de negro», pero también existían otros temas que terminaron siendo descartados, como el reggae «Para eso está la publicidad» y «La gran oportunidad»; esta última canción hablaba sobre la falta de oportunidades para los nuevos artistas.26 Debido a la mala calidad de los instrumentos y por errores técnicos, esas cintas quedaron con un sonido más agudo que el natural.27 «Un ruido de cintas impresionante», señaló César, «pero que sirvió para grabar una sesión maratónica de todo un fin de semana, muy extenuante, hasta que tuvimos el primer caset».28 La calidad de los instrumentos era mediocre, señaló Claudio Narea: «Ni siquiera teníamos amplificadores, por lo que generalmente, Carlos Fonseca debía arrendarlos. (...) Era ilógico que nosotros, que éramos cabeza de cartel en todos lados, no tuviéramos instrumentos decentes».29 El padre de Carlos Fonseca decidió seguir invirtiendo dinero en la banda hasta poder comprar instrumentos propios, lo que se concretó en octubre de 1984. Posteriormente la banda tuvo que devolver todo lo invertido a Mario Fonseca con lo poco que ganaban haciendo presentaciones, lo que les tomó un año y medio; es decir, que el grupo no ganó dinero hasta 1986, de acuerdo con declaraciones de Narea.29
Un par de semanas después de grabar los demos, Carlos Fonseca —bajo el seudónimo de Alberto Velazco— escribió un artículo sobre la banda en una revista llamada Mundo Diners Club y después pasó un par de temas en Fusión contemporánea, programa que conducía en un espacio cedido por Radio Beethoven. De esta manera, «La voz de los '80» y «Brigada de negro» fueron expuestas a todo Santiago a fines de 1983.30 A comienzos de 1984, en el segundo piso de Fusión grabaron nuevos demos, que incluyeron «No necesitamos banderas», «Sexo» y «Mentalidad televisiva».31
- Grabaciones en el estudio de Francisco Straub
La banda no quedó satisfecha con los resultados, por lo que decidieron ir a un estudio profesional. Entre marzo y octubre de 1984 grabaron su primer álbum en una pequeña sala de una casa-estudio —que contaba con instalaciones empleadas con frecuencia por bandas de cumbia—,22 ubicada en pleno barrio de Santiago Centro, en Vichuquén, 348, bajo la supervisión de Francisco «Pancho» Straub y Andrés Miquel,32 quienes quedaron sorprendidos con Los Prisioneros, tanto por su profesionalismo como por la audacia de sus letras.5
«Lo primero que me sorprendió de Los Prisioneros cuando llegaron al estudio, fue su profesionalismo. Lo aplicados que eran. Sobre todo el Jorge (González), que llegó con un cuadernito con tres hojas promedio por canción. Lleno de anotaciones y detalles de lo que él quería para los temas. Porque más allá de lo que hicimos o de los que estaban ahí o de la pega del (mánager) Carlos Fonseca, que los apoyó como nadie apoyaba a nadie en esa época, creo que es justo decir que el verdadero productor del disco fue Jorge. (...) Decían lo que no decía nadie y te podría agregar que, considerando los días que vivíamos en 1984, daba hasta como miedo o inquietud lo que estos chiquillos estaban cocinando ahí, de lo que podía pasar».Francisco Straub33
Las sesiones no fueron fáciles, ya que a la banda le costó llegar a un acuerdo con los ingenieros, debido a que ellos buscaban sonar distinto a lo común de la época. «Las técnicas de los ingenieros de esa época todavía adeudaban mucho del rock sinfónico y de ese sonido más sintético, nos costó llegar a una cosa más cruda que era lo que Jorge (González) buscaba», recuerda Carlos Fonseca.32 Straub dijo que en ese tiempo escuchaba otro tipo de música a la de Los Prisioneros, del estilo de Chick Corea, Weather Report, «por lo mismo, tenía mayor obsesión por los tipos virtuosos, por la instrumentación bien tocada. Pero estos cabros me dejaron loco con sus letras».33
En mayo grabaron «La voz de los '80». Desconfiados del sonido de la batería en los demos, le mostraron los discos de The Cars y de otros grupos a Straub para señalar cómo querían que sonara. A él se le ocurrió emplear un teclado Korg y así tuvieron un mejor sonido.34 En esta canción Narea participó en los coros, a diferencia del resto de las canciones donde Jorge le pedía expresamente a Miguel que cantara en los coros, pero en esa ocasión Claudio participó sin que lo llamaran.34
La banda Poozitunga también estaba grabando sus temas en el estudio de Straub, turnándose con Los Prisioneros; los primeros grababan de noche y los segundos de día. Sin embargo, Pancho Straub viajó a Londres, dejando abandonado el proyecto de Poozitunga, mientras que con Los Prisioneros terminó de hacer todos los registros.35
El disco estaba casi listo, pero Jorge consideró que algunos temas no sonaban bien; según Carlos Fonseca, la grabadora de Straub estaba mal calibrada, en una velocidad distinta, quedando mal las mezclas.36 El disco se grabó con una cinta de ocho pistas y pocas posibilidades de efectos. «Y fue un triunfo de energía, porque a nivel técnico teníamos poco», dijo Straub, destacando que, gracias a la energía de Los Prisioneros, La voz de los '80 sigue sonando tan bien pese al paso del tiempo.33
- Grabaciones en el Estudio A de Caco Lyon
Carlos llevó al grupo al Estudio A porque se decía que se grababa bien allí.7 Allí conocieron a su propietario, el ingeniero Alejandro «Caco» Lyon,5 quien estaba equipado con una grabadora de dieciséis pistas y buenos micrófonos.37 El primer día Jorge y Caco no se entendieron muy bien, por lo que nada sonaba como querían y no obtuvieron resultados convincentes. Cuando terminó el día, Fonseca recuerda que «Caco dijo: “Cortémosla acá y mañana empezamos de nuevo” y como que no existió, no lo voy a cobrar. En esa época, donde las monedas faltaban y era un gran esfuerzo para nosotros ir a grabar, fue como un: “Puta, Caco, buena onda”».38
El disco estaba casi listo. Caco lo mezcló y grabaron «Sexo», «Latinoamérica es un pueblo al sur de Estados Unidos», «No necesitamos banderas» y «Nunca quedas mal con nadie». Es decir, todas las canciones reggae y ska fueron grabadas allí, todas las demás fueron grabadas donde Straub.39
La última canción que grabaron fue «Nunca quedas mal con nadie» cuando se estaban mezclando los temas.18 Además fue el mismo día en que Jorge cumplía veinte años; Jacqueline (futura esposa de Jorge) estaba sentada en el amplificador del bajo. Tuvieron que hacer varias tomas porque a Claudio le costaba una parte, recuerda González.20 La grabación fue en un día entre tres o cuatro horas7 en una sola toma.18 Caco dijo que si se escucha hoy, no suena bien, pero la canción es lo que trasciende.7
Posteriormente para la edición de EMI de 1985 volvieron a los estudios de Lyon para volver a grabar «Mentalidad televisiva». Esta sería la versión más difundida porque la original es únicamente conocida por las mil personas que compraron la edición de Fusión.
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